Videojuegos los hay buenos y malos. Como hay buenas y malas canciones, buenas o malas películas o buenos y malos -e incomprensibles- cuadros. Sin embargo, el desarrollo de un videojuego requiere conocimientos (me he quedado corto) de programación, de composición de música, de diseño gráfico y artístico, creatividad para una historia, interpretación (ya sea para escenas cinematográficas como para el doblaje de personajes), etc. Un videojuego es, en definitiva, una conjunción de artes, fuertemente unidas por un núcleo creativo como es la programación.
A todo esto hay que sumarle que el mundo de los videojuegos lleva facturando durante algunos años más que la industria del cine.
Me pregunto cómo reaccionarán las asociaciones del resto de artistas ante esta nueva inclusión. Si esto llegara a España, ¿la SGAE y cía. deberían repartirse
el pastel del canon con las distribuidoras de videojuegos? Voy más allá. Un videojuego no es más que un programa. Y últimamente hay juegos que podrían no ser considerados como tal, por su función educativa o como guía de usuario. Estoy pensando en la brecha que ha abierto Nintendo con su DS. Por ejemplo, ¿Cocina conmigo es un juego o un recetario moderno? Si no es un videojuego, ¿deja de ser arte? La programación en general debería ser considerada creación artística. Y con esto quería llegar a la pregunta que me formulaba antes. ¿Cuánto dinero perdería la SGAE si ahora tuviéramos que considerar la cantidad de CDs que se utilizan, no para copiar la música de Ramoncín o Alejandro Sanz, sino para grabar programas y videojuegos? Personajes que son autores de temas como "Marica de terciopelo", o salidos de un programa de karaoke, ¿cómo se tomarían que los trabajadores de otro sector, en su mayor parte con más formación, puedan quedarse con parte de sus beneficios?
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