01 marzo 2006

Y dimitió quien no tenía que hacerlo.

En estos últimos días se ha hablado en todos los medios de la dimisión de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid.

Se va un hombre que, antes de ser presidente de la entidad madridista, fue nombrado Mejor Empresario Español del Año. Florentino ha modernizado el Real Madrid hasta límites que todavía no asimilamos. Sólo el tiempo le pondrá en su sitio.

No sólo ha acabado con la deuda histórica del club, que en el año 2000 parecía tener el único y trágico destino de convertirse en sociedad anónima. En cinco años y medio Pérez ha conseguido no sólo eliminar esa deuda, sino que ha convertido al club en el más rico del mundo.

Y ahí no queda la cosa. El Estadio Santiago Bernabéu ha sido reformado totalmente por dentro. No se parece en nada al estadio de hace seis años. Ahora el público dispone de escaleras mecánicas, ascensores, calefacción, nuevos servicios, restaurantes, nuevos videomarcadores, zonas VIP en la grada, museo de trofeos, construcción de un nuevo graderío en la parte que da a la calle Padre Damián y un largo etcétera.

Más: la nueva ciudad deportiva. La más grande del mundo y con instalaciones totalmente innovadoras (residencia para jugadores, parque temático...).

Ha dado un impulso importantísimo a la Fundación Realmadrid, que se dedica a labores humanitarias. Se han creado escuelas de fútbol en Europa, América, Asia y África. Ha aunado en un mismo equipo a cuatro balones de oro, más los de plata que ya tenía el equipo.

Y por si fuera poco, ahí quedan los siete títulos del primer equipo conseguidos, Champions incluída, la liga ACB del equipo de baloncesto y el ascenso a segunda división del Real Madrid B que, por cierto, ha recuperado su histórico nombre de Castilla bajo el mandato de Florentino Pérez.

Y aun así este hombre dimite.

Gracias por todo, Presidente.