09 octubre 2006

Otro comentario sobre los funcionarios

Quien haya leído de vez en cuando este blog se habrá dado cuenta de mi poco aprecio hacia los funcionarios, los trabajadores menos productivos del país, con los empleos más longevos. Cierto es que, al igual que hay gitanos que son buena gente, hay funcionarios trabajadores. Pero los menos.

Halafam trabaja, amigos, y no lo hace cobrando de las arcas públicas, pero sí suele estar rodeado de funcionarios y sabe de lo que habla.

Hoy he podido ver lo mismo de siempre, funcionarios perdiendo el tiempo en su puesto de trabajo en lugar de aprovechar a hacer algo útil por lo que se le paga. Pero hoy, además, demuestro mis aseveraciones con fotografías.

Este individuo tan concentrado está usando, en plena mañana -pero antes de la hora del desayuno- Google Earth.
Este otro funcionario está jugando, después de haber desayunado, al O-Game. No sólo no se avergüenza de jugar en la oficina, a la vista de todo el mundo, sino que llama a un compañero para comentar sus jugadas.
Las empresas públicas son un lastre para el progreso de España. Mientras los funcionarios tengan unos empleos vitalicios que les empujan a la pereza y vagancia, las delegaciones tengan unos presupuestos que se ven obligadas a derrochar para no reducir ingresos en el ejercicio siguiente y no se reduzcan gastos, el Estado tendrá un pozo sin fondo de pérdidas con las administraciones públicas. Pero, ¿qué partido es lo suficientemente valiente para coger el toro por los cuernos y cambiar la situación? ¿Quién se va a jugar millones de votos de los funcionarios? ¿Y qué político va a tirar piedras contra su tejado, siendo ellos mismos funcionarios que trabajan menos que nadie? Ellos, sin embargo, sí se aseguran pensiones tempranas y desproporcionadas, a costa de la cotización del resto de trabajadores quienes, aunque lleven toda la vida trabajando, sólo les quedará una pensión decente si en los últimos quince años antes de su jubilación -los años más difíciles por edad- han tenido suerte y han cotizado más que nunca.