07 octubre 2006

Tale of two cities

El primer episodio de la tercera temporada de Lost ha sido espectacular, sobre todo el comienzo, donde los guionistas vuelven a "liársela" al espectador.

Lost es una serie donde el espectador veterano sabe que se la van a jugar, que lo que está viendo no es en realidad lo que parece, se empieza a imaginar otra cosa y, aun así, se la lían y le dejan sorprendido.

Esto ha ocurrido en muchos de los 50 episodios que llevan emitidos. Pasó en el primero de la segunda temporada, donde la escena de "una casa" parecía que no tenía nada que ver con lo que sucedía en la isla, ni por el lugar ni por el tiempo, y resultó ser la misma escotilla que intentaron abrir durante toda la primera temporada, justo en el momento de su apertura.

Y la vuelven a liar en el estreno de esta tercera temporada. Nos muestran una escena con personajes nuevos, en una casa donde se organiza una sesión de un club de lectura, donde todo parece ajeno a la serie (he llegado a pensar que me había bajado un capítulo de otra serie), hasta que se escucha un ruido y se ve el famoso avión del vuelo 815 estrellándose en la isla, donde se encuentran las civilizadas viviendas de las personas que parecían vivir pacíficamente en un barrio bien de un lugar tranquilo del mundo, las viviendas de Los Otros.