¿Y todo esto para qué? Los vagones no van a durar ni un día pintados. El tren es retirado inmediatamente y esa misma noche queda limpio. Los viajeros tienen que ser desalojados para subir al siguiente tren. Los graffiteros no se ganan la simpatía de nadie de la estación. Eso sí, pueden grabar su fechoría y subirla a Youtube para presumir de su gamberrada desde el anonimato.
Respeto la cultura del graffiti, siempre que no vaya en perjuicio de la propiedad privada ni de otras personas. Hay obras (y digo "obras") que son dignas de admiración, pero también hay quienes confunden eso con el vandalismo.