26 abril 2009

Que nadie intente asustarnos

Todos sabemos que una misma noticia puede ser comentada de forma muy diferente por dos periódicos ideológicamente opuestos.

Esta vez, con La Ley Sarkozy recién rechazada y toda Europa pendiente de ello, El Mundo, diario opositor al gobierno de Zapatero, quien es apoyado por la mayoría de autores y por entidades de gestión de derechos de autor (y más ahora con la nueva ministra de Cultura), publicaba en primera página de su edición digital el fracaso del control que quería imponer el primer ministro francés.



El mismo día, El País dejaba como secundaria la noticia y decidía darle más importancia a la detención de un webmaster que ofrecía enlaces para descargar contenidos con P2P. ¿Qué prentedían? ¿Amedrentar a los usuarios?

Parte de culpa la tenemos nosotros, quienes descargamos y compartimos contenidos sin sacar beneficio económico de ello. Hemos permitido que eso se catalogue como piratería cuando no lo es. Piratería es el comercio de productos copiados de originales y hacerlos pasar como tales (marcas de ropa, colonias, bolsos, etc). Eso sí es venta ilegal, en la que se saca y se tiene como principal objetivo lucrarse a través de ello, perjudicando la imagen y los resultados económicos de la marca original. Y la venta de copias en el Top Manta es piratería, otro negocio sumergido en el que se mueven enormes cantidades de dinero. Pero, ¿las descargas por Internet? ¡Venga ya!