

La plataforma Rompamos el silencio ha irrumpido, caretas de Ramoncín por delante, en la sede de la SGAE, un edificio, por cierto, cuyo alquiler no es nada barato.
Con sus pancartas, billetes esparcidos y monedas pegadas al suelo han dejado claro su postura frente a la nueva LPI, apoyada por los principales partidos de España.